El cuaderno de correcciones lo conocí en el blog de Celia Añó no he dejado de utilizarla, ya que me parece una auténtica maravilla y no sé como no he podido usarla antes o, incluso, encontrar algo parecido.
Empecemos
A la hora de pasar a la corrección de nuestra obra, es muy recomendable tener a disposición todo aquello que nos pueda servir para el proceso y, como bien propone Celia, es buena idea tener una libreta a mano en la que previamente hemos anotado todos aquellos fallos que solemos cometer. Es cierto que para esto, ya debes saber qué errores cometes en tus escritos y esto se consigue a base de escribir y de que los lectores betas te lo indiquen o tú te des cuenta de ellos. Si no es el caso, no te preocupes, poco a poco puedes ir creando tu propio cuaderno de correcciones.
El cuaderno, nuestro mejor amigo
Esto es algo muy personal, ya que los errores son distintos dependiendo de la persona y no cometemos siempre los mismos, así que, te propongo que te tomes todo el tiempo que necesites para ponerlo en práctica y reunir todos los problemas que tengas a la hora de escribir.
Este es el pequeño cuaderno que yo utilizo, como puedes ver, cualquiera sirve para este cometido, cuanto más manejable mejor, porque en caso de necesidad puedes llevártelo a donde sea que lo necesites.
En mi caso, suelo liarme mucho con el La, le, lo, lo que se denomina, laísmo, leísmo, loísmo, así que decidí buscar la manera correcta de evitarlo y aquí el resultado:
El dequeísmo también es mi mayor problema, así que, al igual que lo anterior, busqué información y lo apunté:
Y también anoté algunas sugerencias que vi por internet mientras buscaba más opciones de corrección. Como ves, es sencillo de hacer tu propio cuaderno y a la vez muy útil, así que te recomiendo mucho que te hagas el tuyo, porque cuando te toque corregir podrás tenerlo a mano y a la larga será muy beneficioso.
¡¡Me alegra mucho que el cuaderno te haya resultado útil!!