El Síndrome del Impostor y aunque suene muy raro, sí existe y nos pasa con más frecuencia de lo que creemos. En primer lugar, déjame explicarte que es:
Según la Wikipedia, el Síndrome del Impostor es un fenómeno psicológico con el que las personas no son capaces de internalizar sus logros y aparece un miedo persistente de estar descubierto como un fraude. Es decir, que las personas no se creen sus logros, no ven lo que son capaces de hacer y además tienen la sensación de que nunca están a la altura, que no son lo suficientemente buenos para hacer algo, etc.
Este síndrome puede afectar en muchos aspectos de la vida, sobre todo en el laboral, y como no, los escritores nos podemos ver afectados por él.
Hoy he querido hablar de este tema, porque yo estoy afectada por el Síndrome del Impostor desde que terminó el Nanowrimo y con él finalicé la segunda parte de la bilogía y comencé con #ProyectoMago. Esto ha llegado a afectarme tanto, que, desde entonces, no he vuelto a escribir en condiciones, sólo relatos pequeños para el blog, y me he visto obligada a dejar de escribir la novela que tenía muchas ganas de seguir, pero con este tema me ha sido imposible.
Investigando mucho sobre este síndrome, me he dado cuenta lo mucho que me estaba exigiendo a mí misma, porque en todo momento trataba de escribir tan perfectamente que me podía tirar perfectamente una hora con un mismo párrafo.
Conforme ha ido pasando el tiempo, me he sentido tan frustrada por no poder escribir como quería que decidí buscar una solución y a continuación te cuento todo lo que he encontrado y que he ido probando. Si tú estás en la misma situación que yo, espero que también te sirva de ayuda.
1.Toma consciencia.
Es importante que reconozcas que tienes un problema y que le pongas freno a esa vocecita interior que no para de decirte que no vales para nada o que no puedes conseguir tus metas.
¿Cómo hacerlo? Puedes usar un lápiz y cuaderno y cuando te des cuenta de que esa vocecita no te deja tranquilo/a puedes escribir como te sientes, tipo diario emocional, es una buena forma de aceptar el problema y que además te ayudará a dejar salir tus emociones y no frustrarte por ello.
2.Haz otra cosa que no tenga nada que ver.
Si estás en mitad de tu rutina de escritura y de repente la voz te molesta, sal de ella. Ve y date un paseo, haz ejercicio, medita, lee un libro, etc. A veces estamos tan cansados que sin darnos cuenta usamos nuestra mente para recordárnoslo, aunque no de una forma más positiva. Verás como cuando hagas algo distinto volverás con las pilas renovadas.
3.Habla con otros sobre tu problema.
Si conoces a más gente u a otros escritores que le pasen lo mismo, habla no ellos, comparte tus preocupaciones, de seguro que sabrán aconsejarte y te ayudarán a ver el otro enfoque que necesitas para salir adelante.
4.Apunta tus logros y las palabras bonitas.
Una de las muchas recomendaciones que se hace, es que lleves un seguimiento de tú metas y logos, así siempre que tengas un mal momento, puedes recurrir a ellas para ver todo lo que has conseguido hasta el momento. También puede hacerlo con las palabras que te digan. Por ejemplo, puedes crear un documento donde guardar las reseñas positivas que te hayan hecho de un relato o libro que hayas escrito, o apuntar todo lo que te diga la gente cuando hables con ellos.
5.No te compares.
No hay nada peor que compararte con el vecino. Cada persona es un mundo y cada cual tiene sus propias metas e incluso sus problemas. Con la única persona que tienes que compararte es contigo mismo. Busca tus propias metas, esfuérzate por ser la mejor versión de ti mismo y deja de fijarte en los demás, solo haz lo que te gusta y disfrut
6.Crea metas realistas.
Es muy común ponerse metas muy exigentes y que nunca lo conseguirás por eso mismo, por ser demasiado exigente. Al hacerlo, lo único que vas a conseguir es abandonar a la mitad o incluso nada más empezar.
Si quieres escribir una novela, No puedes plantearla como tal, tienes que crear metas más pequeñas que te ayuden a conseguir ese final. ¡Divide y vencerás!
Un ejemplo de esto sería que primero investigaras sobre el tema del que quieres hablar y después crearas los documentos oportunos para guardar dicha información, después podrías crear el mundo, hacer las fichas de personajes etc. Cuando sea el momento de escribir, ya puedes ponerte la meta de escribir 500 palabras diarias y poco a poco conseguirás tu mayor meta que será la de escribir la novela.
7.Olvida el perfeccionismo.
Nada es perfecto y siempre puede mejorarse. Uno de los muchos factores de sufrir el Síndrome del Impostor es por ser perfeccionistas y querer que las cosas salgan y sean de una calidad y precisión que ningún mundano es capaz de conseguir, por ese mismo motivo, hay que dejar que las cosas fluyan, que salgan como tengan que salir. Con esto no quiero decir que no te esfuerces por hacer las cosas bien, por supuesto que no, hay que esforzarse por conseguir los sueños y metas. Con esto quiero decir que hay que hacer la cosas con cariño, amor, y no obligarlas a ser como no pueden ser. No por ello serás un mal profesional, sino que aceptes los errores y sigas adelante.
8.No te detengas.
A pesar de todo lo que esa voz te diga, tienes que seguir adelante, es lo mejor que puedes hacer por ti mismo. Todos tenemos miedos y dudas y la mejor forma de combatirlos es impedirles que te saboteen y te hagan abandonar ese proyecto que as empezado con muchas ganas. Pase lo que pase, sigue adelante, tarde o temprano esos miedos y dudas desaparecerán.
9.Habla en voz alta.
Una de las cosas más curiosas que puedes hacer para callar esa voz interior es hablarte a ti mismo en voz alta. Háblate como le hablarías a un niño pequeño, con cariño y afecto. Explícate a ti mismo los motivos por el que la voz de tu cabeza no tiene razón y que solo quiere sabotearte. Otra de las cosas que puedes hacer es que cuando te des cuenta de que esa vocecita no para de criticarte es decirte ¡Para! o ¡Stop! En voz alta, y dejar de hacer lo que estés haciendo, así la interrumpirás y dejarás de escucharla.
10.Haz que el proyecto por ti y para ti.
Ya sea que quieras escribir una novela, un relato, o que tengas otro tipo de proyecto personal hazlo porque tú quieras hacerlo. Olvídate por completo que alguien va a verlo, o leerlo, disfruta del proceso de crearlo desde cero, de verlo crecer y da igual lo que piensen los demás. Encárgate de mejorarlo, de aprender sobre él y con él. Si es necesario, busca formación para aprender a realizarlo, ni te imagina las maravillas que hay por internet de sobre casi cualquier cosa y si no la hay, pues créala tú mismo. Lo importante es divertirse en el proceso y aprender.
Muchas personas sufrimos este síndrome, como ya te he contado me incluyo, y aunque sé que es algo que puede tomar tiempo, si yo trabajo para dejar atrás este problema, tú también puedes hacerlo. Es más normal de lo que parece, y desgraciadamente es divido a la sociedad en la que vivimos en la que, si sobresales en algo, te critican, si no sobresales también lo hacen, por lo que es mejor que aprendamos a aceptarnos como somos y que nos de igual lo que puedan decir.
Te animo mucho a seguir adelante con el proyecto que tengas, que tienes todo mi apoyo y cariño desde el otro lado de la pantalla.
Y tú, ¿has sufrido o sufres este síndrome? Comparte tu experiencia o tus consejitos para combatirlo.
Leyendo tu entrada, creo que sí lo he sufrido, Pero yo lo he atribuido a baja autoestima. Ahora, con la edad, cinco décadas dan mucho de sí, relativizo algo más las cosas. Me quiero un poco más.
Personalmente, aunque últimamente lo he dejado un poco de lado, por lo de ahorrar papel, a mí me ha acompañado siempre un cuaderno donde prácticamente todos los días escribía sin censura sobre mis sentimientos, pensamientos, también hablo mucho conmigo misma… aunque lo hacía sin saber que era terapéutico.
Sin embargo. funcionar me han funcionado.
Yo desde que empecé a escribir a mano mis pensamientos y demás he mejorado muchísimo en cuanto a la autoestima. Es cierto que el síndrome del impostor es eso, baja autoestima y que nos machacamos demasiado.